sábado, 9 de mayo de 2015

El secreto del brindis

Chocar los vasos antes de comenzar a tomar hace que miles de partículas genéticas se separen y viajen a la bebida de la otra persona. 
Al ingerir el brebaje que el choque de vasos provoca, un poquito del otro queda dentro de uno, y un poquito de uno dentro del otro. 
Nos transformamos en huéspedes y hospedados. 
Nos conectamos, 
nos conocemos, 
nos compartimos. 
En ese momento el vos-y-yo se convierte en un nosotros. 
Ese es el secreto que se oculta detrás del brindis. 
La razón por la que triunfan los asados del domingo. 
El motivo por el que nos entendemos con sonrisas y miradas. 
Porque dejo de estar con vos para estar en vos. 
Porque te tengo dentro mío.


Pachina.

jueves, 23 de abril de 2015

Un beso reparador

Y entonces besó lentamente cada rinconcito de su rostro. Delante de sus orejas, en cada comisura, el límite entre sus ojeras y sus pómulos. Besó sus ojos cerrados, sus cejas gruesas y oscuras, en el huequito que hay entre su labio superior y su nariz. Su pera, su barbilla. 
Recorrió cada rinconcito... ¿Ya dije eso? Es que lo hizo con mucha delicadeza, sin olvidar ningún detalle. Y así consiguió dibujarle una sonrisa, y pudo besar en ese instante eso que sólo aparece en su rostro cuando él sonríe: las arrugas a los costados de sus ojos, los hoyuelos en sus cachetes, el fruncidito de su nariz. 
No hizo falta que besara su boca porque para ese momento ya estaba curado.

Pachina.

viernes, 26 de abril de 2013

D'jembé.

Te recorro adivinando lo que viene
manchas en los hombros
homóplatos con pelusa
cintura de corsé
120 lunares
8,5cm de cicatriz

Recuerdo como una foto
la primera vez que dormí con tu espalda d'jembé.



Pachina.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Sábados..

La rebeldía se trepa en los techos, la masa va rompiendo el tambor, las palabras se expresan con baile, la angustia se convierte en canción. Los nombres son acertijos, son laberintos por desentrañar. Las sonrisas son llave, son magia, son sueños, bandera y disfraz.
Hoy la alegría se disfraza de euforia, la plaza trae el carnaval...
Pachina.

jueves, 7 de octubre de 2010

Querido saco..


Ayer, en mi decimonoveno Octubre caminaba por Congreso entre gente de traje y corbata. Esos trajes contrastaban con el saco que llevaba en mi morral. Un saco viejo y remendado para quién lo mire sin mis ojos. Ese saco es el vestuario de mi murga. Para mí ese saco es un disfraz lleno de flecos, parches y sonrisas bordadas.
Mi saco doblado en el morral pidiéndome a gritos salir, era completamente distinto a esos sacos compinches que llevaban los señores con cara de sopa de porotos acompañados por un maletín. Mi saco, (que ahora llevo puesto con orgullo mientras le escribo) tiene música y tiene sueños.
Mi saco es como esos anteojos que mi abuelo guardaba en su escritorio, esos anteojos que a los cinco años me volvían invisible y me permitían sacarle los caramelos de su lata sin que se diera cuenta. Mi saco es también como los zapatos de mi mamá que me hacían crecer cinco centímetros y 20 años con sólo ponérmelos.
Mi saco es un saco corriente, al igual que los anteojos y los zapatos. Sin embargo, cada vez que abro el placard y lo veo colgado entre los otros sacos, mi saco me sonríe, me pide probarlo, me pide una canción. Así como los zapatos me hacían entrar en el desconocido mundo de los adultos, y los anteojos lograban aflorar mi picardía.. cada vez que tengo mi saco puesto me convierto en murguista y sueño con tocarte el alma cada vez que entono una bajada.


Pachina.

domingo, 3 de octubre de 2010

Octubre

Un buen libro,
un cuplé,
una bajada
y unos mates compartidos
sobre el pasto húmedo
y el olor a jazmín
inundando la tarde.
Octubre.

Pachina.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Ja ja ja ajo

Ayer estaba cocinando con Facundo
la comida para la cena familiar..
La cebolla que yo estaba picando me hacía llorar..
a mi hermano picar el ajo lo hacía reir.
Pachina.