En una plaza de Gonzalez Catán un muchacho pasa tímidamente con una joven, habiendo risas por todos lados, verde y rojo en la plaza. La naturaleza revuelta los envuelve entre sonidos y aromas. LLegando casi a Octubre avanzan entre baldosas. Miradas inocentes, la calidez de lo espontáneo, la ingenuidad de lo incógnito. Ella dobla en la proxima esquina y ambos lo saben. Quedan unos pocos pasos y todavía no ha pasado nada. La mejor parte.
de Javier Mascaro
Leo nostalgia,
ResponderEliminarsueños tal vez vacíos,
ganas de caminar por esas baldosas
de la mano con alguien que no tenga miedo a tomarla...