miércoles, 30 de junio de 2010

Ni con cola...


A mí me gustaba el mate, a vos el té.
Yo quería quedarme en casa, vos salir.
Yo contaba chistes de animales que a vos no te causaban gracia,
vos me cantabas canciones horribles y encima desafinabas.

No pegábamos ni con cola...
Solamente con poxiran...

Lo intentamos pero no pudimos esperar a que las dos partes se secaran...
no funcionó...
nos faltó tiempo.


Pachina.

3 comentarios:

  1. El amor no es cronometrable... porque el tiempo, como todo, es relativo... un abrazo puede durar toda tu vida y nunca soltarte, a pesar de que la otra persona ya ni se acuerde de vos... o una pelea puede durar más tiempo que 24 abriles de esperar el secado de la plasticola juntos. Los fragmentos de tiempo que quedan diseminados después de que se rompe el espejo se unen más tarde formando el mosaico de tu vida y tu corazón. Pero eso también lleva tiempo, y el tiempo siempre parece diluirse y escaparse, como si quisiéramos sostener un poquito de agua entre las manos para siempre... o a veces parece eterno, como un horizonte de utopía de Galeano que nos obliga a caminar "para-siempre-para nuca-llegar"... Pero por sobre todas las cosas: el tiempo nunca es justo... ¿¿será que que a esta vida real le hacen falta más Julianes Weich??

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